martes, 9 de marzo de 2010

Apple iPhone

Y si hablamos de tecnología que dio el mal ejemplo. El iPhone, de Apple, ha modificado para siempre nuestras expectativas de un teléfono celular. Esta maravilla de 136 g nos deja hacer llamadas (podría decirse que su rasgo más débil, pero no importa mucho), navegar los sitios web, mandar correo electrónico, ver videos, sacar fotos y jugar.
Miles de personas pasaron la noche fuera de casa para ser de las primeras en poseer el aparato cuando salió a la venta el 29 de junio de 2007. Los lanzamientos subsecuentes -el iPhone 3G y el 3GS- desataron un poco menos la locura; de todos modos el aparato sigue mejorando.
Su brillante pantalla multitáctil, la sencilla interfaz, el reproductor multimedia sin igual y el vasto almacenamiento para datos como los contactos y los calendarios lo hacen tan divertido como esencial. Con el iPhone, los diseñadores de Apple una vez más demostraron que un diseño bien logrado y una interfaz intuitiva son igual de importantes que la tecnología práctica.
Sus capacidades se expandieron exponencialmente el 11 de julio de 2008, cuando la compañía abrió la App Store, ésta permite a los usuarios descargar software de terceros que hacen del aparato la computadora de bolsillo más poderosa del mundo. Ahora la App Store contiene más de 100 mil aplicaciones disponibles para su descarga, y los competidores luchan para surtir sus propias tiendas de software. Fueron los primeros y establecieron la tendencia.
Podría decirse que el iPhone es la tentativa más exitosa de convergencia en la historia de los productos tecnológicos. A nadie sorprende que la firma de Cupertino ya vendió cuando menos 30 millones de iPhones.

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